29 Jul Artículo de opinión de Ignacio Bertolín en el Economista
¿Por qué caminos puede la construcción apretar el botón de la innovación?
Europa ha dejado claro que la innovación y la digitalización van a convertirse en el escudo de defensa de nuestra economía y el sector de la construcción debe aprovechar al máximo esta oportunidad. Junto con el de la promoción inmobiliaria, nuestro sector es uno de los que tradicionalmente ha tenido mayor peso en nuestro país, pero es una realidad que, probablemente, sea también uno de los campos más impermeables a la introducción de la innovación. Esta dinámica está cambiando con la llegada de generaciones jóvenes en los puestos de dirección de las empresas, que entienden que la innovación y la tecnología se deben convertir en un activo estratégico más en los planes de crecimiento de las compañías.
Si miramos en nuestro entorno más inmediato, el de la Comunidad Valenciana, nada como fijar la vista en el estudio que elabora la Unión Europea “Regional innovation scoreboard” que acaba de ver la luz y nos enseña dónde estamos posicionados en términos de innovación como región. Las noticias son que la Comunitat Valenciana es un territorio innovador moderado y que el rendimiento de la innovación ha aumentado en estos últimos tiempos en un 18,3%.
Estamos por tanto en el momento idóneo para desarrollar planes de innovación a largo plazo. Sin embargo, en demasiadas ocasiones, el día a día y la preocupación por alcanzar los objetivos establecidos dificulta nuestra capacidad de innovar o identificar nuevos modelos de negocio. En este punto, es muy interesante que nos apoyemos en los emprendedores, que se pueden convertir en grandes aliados, ya que colaborando con ellos podemos aprovechar nuevas oportunidades, sobre todo, a nivel digital.
En un escenario caracterizado por el vertiginoso aumento del peso de la tecnología en todos los sectores de la economía, la reducción de los ciclos de innovación y una cada vez mayor especialización y sectorización; establecer vínculos con startups nos permite a las empresas tradicionales captar las nuevas dinámicas y la transformación digital y es una gran ventaja competitiva.
Estas operaciones, conocidas como venture capital, están viviendo un auténtico fenómeno al alza, también en nuestro país. Por el informe Corporate Venturing Report 2019 sabemos que este tipo de operaciones han estado presentes en el 23% del total de proyectos financiados por el capital privado a nivel global durante el año 2018. Y la cifra no hace más que aumentar cada año.
Otro de los ejercicios que podemos poner en práctica desde nuestras compañías es el de fomentar el intraemprendimiento, es decir, impulsar nuevas ideas por parte de nuestros empleados. Sólo hay que atreverse a dar el paso, los resultados son siempre sorprendes y muy muy positivos.
Pocos conocen que esas famosas hojitas de papel amarillo que todos tenemos en nuestros despachos para dejar pequeñas anotaciones fueron creadas a través de la iniciativa de los propios trabajadores de una gran empresa norteamericana. Pese a ser un fenómeno todavía poco maduro en nuestro país, el II Informe de Emprendimiento Corporativo en España señala que, de las 58 grandes empresas que participaron, el 86% de ellas cuenta con algún tipo de iniciativa de intraemprendimiento y el 86,4% coincide en que aumentará estas prácticas en los próximos años. ¿A qué estamos esperando entonces para sumergirnos de nuevo en este campo?
La mayor parte de las veces, son las nuevas tecnologías las que introducen un elemento disruptivo en un sector tradicional como el nuestro. En construcción, las plataformas de tecnología Building Information Modeling (BIM) han revolucionado los procesos con una metodología de trabajo que se basa en el 3D y que sirve de punto de encuentro de todos los responsables del proyecto y cuyo principal beneficio reside en la posibilidad de realizar un diseño en tres dimensiones para que el cliente pueda observar de la forma más fidedigna posible el resultado final de la vivienda antes de comenzar con la obra.
Pero en ocasiones caemos en el error de pensar que la innovación sólo puede introducirse en el core de negocio de la compañía, y eso no es así, ya que puede hacerse en multitud de departamentos, debido a que es un agente completamente transversal. En nuestro caso, acabamos de lanzar una app interna para facilitar y dotar de una mayor agilidad a todas las comunicaciones trabajador-empresa. Con una tecnología muy intuitiva va a revolucionar nuestra manera de comunicarnos a nivel interno. Hace unos años jamás nos lo habríamos planteado, ahora que conocemos las posibilidades pensamos por qué no lo habremos hecho antes…
La vía de la colaboración público-privada es también una excelente forma de introducir la innovación. Una iniciativa dentro de nuestro sector que nos parece muy interesante es la que han llevado a cabo desde la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad y la Agencia Valenciana de la Innovación, que han puesto en marcha un comité de especialistas para el desarrollo de soluciones innovadoras para detectar el estado de las infraestructuras y sus necesidades de mantenimiento.
Y continuando con esta estela de co-creación, creo que Fundación Lab Mediterráneo de AVE puede actuar como catalizador de multitud de ideas o proyectos entre todos sus miembros y llevar a cabo proyectos innovadores que puedan beneficiar a todos. No me quiero olvidar de uno de los mayores agentes de saber en torno a la innovación de los que disponemos, nuestras universidades. Soy un firme defensor de la idea de que los empresarios debemos fomentar la investigación dentro y fuera de nuestras organizaciones. Porque sin investigación, no hay innovación. Las Cátedras Universidad-Empresa son una excelente vía y, por eso, próximamente inauguraremos la Cátedra Bertolín junto con la Universidad Politécnica de Valencia para impulsar estas colaboraciones que conectan a los universitarios con la empresa y fomentan el desarrollo de nuevas tecnologías.
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